Quizás te has dado cuenta que a los 30 ya se han empezado a notar algunos efectos de la edad en tu rostro. Si durante los 20 te lo tomaste a la ligera y no tuviste rutinas adecuadas para el cuidado de la piel. Todavía estás a tiempo de disminuir el impacto de la edad y retrasar esas primeras líneas de expresión. 

Hidrátate a los 30

Para cuando cumplas 30, el tratamiento hidratante debe intensificarse. Las cremas que utilices deben cumplir con dos funciones elementales, la hidratación y conservar el agua por más tiempo en la piel. Algunos expertos en dermatología aconsejan otros elementos básicos que debes considerar a la hora de seleccionar tu hidratante.

Algunos de ellos como el ácido hialurónico es un excelente aliado en la hidratación, la vitamina c contribuye a reparar los tejidos en la piel y a la vez aportan luminosidad. El ácido ferúlico es muy recomendado por sus efectos antioxidantes. Si dispone con FPS estupendo, recuerda que el sol en tu rostro lo deshidrata y envejece.

La hidratación por la noche es esencial, el serum por estas épocas es muy recomendado pues tiene un alcance que las cremas por si solas no pueden lograr. Su alta concentración de activos y las otras funciones que realiza, lo hacen un complemento ideal de la hidratante de noche, la cual debe aplicarse justo antes de la misma.

Utiliza protector solar

Expertos de todo el mundo argumentan que el uso del protector solar desde la niñez retrasaría los efectos del envejecimiento a gran escala. Los rayos ultravioleta atraviesan la piel, la queman y marchitan las células, es por eso que la respuesta inmediata es resecarse y a largo plazo arrugarse y hacer surgir manchas de sol o pecas. Es una rutina más del día que nunca debes pasar por alto, va más allá de conservar la belleza, es tu salud.

Debes saber que mientras más clara es tu piel, mayor factor de protección solar necesitarás. No basta con aplicarlo solo al salir de casa, es necesario retocarlo en las horas del día donde los rayos UV son más intensos, sin importar si ves el día nublado o llueve.

Te recomendamos que pienses en tu tipo de piel al usarlo, a fin de no tener un efecto indeseado en tu rostro. Si es seca el formato en crema te va bien, mientras que si es mixta o grasa es recomendable que sea en una presentación más ligera, en gel o loción.

Limpia

En el mercado hay un catálogo de opciones que puedes utilizar para que la práctica de la limpieza sea una ocasión confortable. Insistimos en que debes tomar en cuenta tu tipo de piel antes de decidirte por el producto que elegirás. Los geles y las leches limpiadoras son más convenientes para las pieles mixtas y grasas. Los jabones pueden adecuarse más eficazmente a las de tendencias secas y el agua micelar se aplican para todas.

El momento para efectuarlo debe ser por la mañana, a fin de retira los residuos de las cremas aplicadas por la noche y preparar tu piel para una nueva jornada. De esa manera estará limpia, fresca para la hidratante de día, el protector solar y el maquillaje.

Por la noche la cantidad de residuos en tu piel aumenta, el polvo, smog, maquillaje entre otros. Han tapado tus poros y necesitan respirar para que se inicie el proceso de renovación que tendrá lugar mientras duermes.  

Exfóliate


La exfoliación es un proceso muy beneficioso si deseas cuidar tu rostro y mantenerlo sano y fresco debido a su ventajosa eliminación de células muertas. Además, propicia el regeneramiento celular y permite que los productos hidratantes se absorban mejor y realicen más eficazmente su cometido. De no realizarse, se corre el riesgo de presentarse un exceso de grasa, poros obstruidos que hasta podrían desencadenar el indeseable acné 

Utiliza productos específicos para cada parte del cuerpo, debido a que los destinados para el rostro contienen elementos más suaves. El modo de uso es muy sencillo, aplica el producto realizando movimientos del interior al exterior sin olvidar el área del cuello y el escote.

Sigue esta rutina una o dos veces por semana y verás cómo tu cara se observará más saludable y luminosa.